Toda terapia basada en el sonido, se basa en el principio de resonancia, por el cual una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil, disonante o no saludable.

La utilización de los sonidos como medicina de apoyo sanadora no es de hoy ni de ayer. Tenemos una buena cuenta de ellos desde los albores de la humanidad en la que se creía que cada ser tenía su propio sonido secreto al cual debía responder, y a ello se dedicaban médicos brujos y chamanes con cada uno de sus pacientes.

Aquel que lograra hallar el tono secreto de su ser, tenía garantizada la longevidad y con su utilización comenzaría la regeneración de la enfermedad. Esta antigua teoría resulta verdaderamente moderna si tenemos en cuanta los últimos descubrimientos de la física quántica aplicadas a medicina.

En realidad ellos, los antiguos, buscaban un sonido que elevara la vibración del enfermo devolviéndole su frecuencia original. Algo que, hoy en día, es el fundamento de la medicina Vibracional.

Hoy en día, ya nadie niega los beneficios que los cuencos tibetanos (cuencoterapia) traen a las personas. Su sonido es utilizado en terapias para sanar a personas que tienen problemas físicos, mentales, emocionales o espirituales.

Aunque proliferan las ventas de los cuencos para el uso personal en meditaciones, esta terapia debe ser llevada a cabo por un profesional en un ambiente específico y bajo unas premisas específicas.

Un cuenco mal utilizado, una dolencia mal evaluada, unas patologías adicionales o previas no tenidas en cuenta o una vibración sonora mal aplicada puede tener efectos indeseados.

Solo un terapeuta profesional cualificado es capaz de hacerlos sonar en su justa medida y adaptar la melodía generada a las necesidades de cada paciente y de cada situación personal. No es lo mismo una persona totalmente sana que solo desea relajarse, que una persona con problemas auditivos previos o marcapasos, operaciones quirúrgicas anteriores, estados mentales en tratamiento como depresiones o duelos, embarazadas, personas con patologías neurológicas como epilepsia, o personas con enfermedades graves, degenerativas o incluso terminales.

Todos pueden recibir y beneficiarse de la terapia de Cuencos tibetanos con resultados positivos o cuanto menos de alivio del dolor o de la situación con la que vienen a la consulta, pero no a todos se les puede aplicar de la misma forma, con la misma intensidad o utilizar los mismos cuencos.

Al terminar la sesión su equilibrio físico, mental, emocional y espiritual quedaran estabilizados. Sin embargo para determinados casos como los de enfermedades degenerativas o crónicas harán falta varias sesiones y/o la combinación con otras aproximaciones terapéuticas de las que se ofrecen desde AlquimiaEsencial®.

Beneficios de la Sonoterapia con Cuencos Tibetanos:

  • Alivian el estrés y calma la ansiedad.
  • Mejoran la capacidad de concentración.
  • Aumenta claridad mental y la creatividad.
  • Estimulan la actividad del cerebro.
  • A través de la vibración de la pituitaria ayuda a equilibrar el sistema endocrino.
  • Combaten los dolores de cabeza.
  • Se ha descubierto científicamente que el sonido puede destruir células cancerosas y curar muchas enfermedades.
  • Ayuda a equilibrar los Chakras hacia un estado de paz, relajación y serenidad.
  • Proporcionan un sentimiento de paz.
  • Controlan el insomnio y la hiperactividad.

Los sonidos del cuenco en la terapia hacen que el cerebro del paciente quede en un estado de calma ya que lo ayuda a emitir ondas alfa, es por esto que cuerpo pasa a estar totalmente relajado y la persona se siente bien. Este estado aumenta la cantidad de Linfocitos T que son los que refuerzan el sistema inmunitario, a partir de ahí… ¡cualquier cosa es posible!

Con los cuencos tibetanos se puede tratar:

  • Estados de depresión y angustia.
  • Contracturas musculares.
  • Desequilibrios psicológicos.
  • El estrés y la ansiedad.
  • Problemas de visión.
  • Dolores de cabeza.
  • Estados de ánimo.
  • Aumento de defensas del organismo.
  • Estabilidad mental y emocional.

  • Aumento de auto confianza.
  • Controla los estados de insomnio e hiperactividad.
  • Equilibrio del cuerpo físico, emocional, mental y espiritual.
  • Enraizamiento planetario y personal.

Volver arriba
error: ¡¡Este contenido está protegido !!