Desde que nace, el Ser Humano va evolucionando, mientras se va adaptando a las circunstancias del entorno que le rodea. De las elecciones que va tomando para adaptarse a dicho entorno y circunstancias, y de como vive las diferentes crisis vitales en los diferentes momentos de cambio en su vida, dependerá que se acerque o se separe de la expresión perfecta del Ser. Cuando el sujeto deja de identificarse con lo escrito en su Carta Natal y comienza a identificarse con las diferentes personalidades que ha ido creando para adaptarse al medio en el que le ha tocado vivir, se producen desequilirios (sales infectas) que le van separando de su verdadera esencia. Una vez perdido el equilibrio, y desconectado de su Carta Natal, el sujeto continua su devenir en una expresión imperfecta de su potencial. Se pregunta "¿Quién soy yo?" pues sólo reconoce el avatar creado. Esto le provoca confusión y pérdida del sentido de su vida, "¿Para qué estoy aquí?", lo que se traduce en un sentimiento de infelicidad, que si no es atendido, comienza a somatizarse en el cuerpo físico llegando a provocar enfermedad.